Tras lanzar El Bulbo: Clase Media (tomo que recopilaba los primeros meses de andanzas del famoso personaje en el formato de webcómic) en diciembre del año pasado, Bachan no dejó que el 2010 se le escapara sin lanzar nuevo material impreso de su personaje insignia.
El principal atractivo de este lanzamiento es, obviamente, la utilización del llamado formato maxicómic, que consta de una historieta en tamaño media carta, que se despliega cuatro veces hasta formar un poster de aproximadamente 55 x 43 cms.
Armado y producido por la marca Mafufo, de Leonardo Olea, quien en años recientes se ha encargado del diseño de los geniales sketchbooks de artistas como Humberto Ramos, Paco Herrera y Scott Campbell, se trata de un producto muy divertido y realmente fresco.
Sí, estamos seguros de que no es la primera vez en la historia del cómic mundial en que alguien recurre a un cómic desplegable, pero estamos igualmente seguros de que en México no lo habíamos visto en años recientes, al menos con este nivel de calidad gráfica.
La trama de este cómic (realizado por Bachan en 2006, pero rescatado para la ocasión) es muy sencilla, pero funciona a las mil maravillas para presumir de este formato experimental: tras patear una lata de refresco, el superhéroe sotaco desencadena la liberación de un monstruo cautivo en el laboratorio del doctor Verboten. Simpáticamente, el incidente es aprovechado por el héroe de la capita para brindar una serie de consejos sobre qué hacer en caso de ser atacados por un monstruo gigante.
Con un precio muy accesible ($30), el maxicómic de El Bulbo, disponible en la cadena Fantástico/ Comicastle es un ejercicio que bien vale la pena comprar por partida doble (un ejemplar para leer y coleccionar, y otro para pegar como póster).
Cabe mencionar que el ejemplar, cuya lectura no recomendamos intentar en el Metro, muestra el logo de Comicparatodos.com, iniciativa de la que estaremos escuchando próximamente.
Dato friki: Bachan amenaza con lanzar un segundo maxicómic, esta vez centrado en su personaje IX. Esperamos que un tercer experimento sea encabezado por Vinny, el perro de la Balbuena.
Por Jorge Tovalín
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