La segunda entrega de Avengers Prime no decepciona en absoluto. Nos mantiene a los tres Avengers protagonistas, Steve Rogers, Thor y Iron Man, en sus respectivos emplazamientos tras salir despedimos accidentalmente por un torbellino residual de lo que fuera el puente del Arco Iris de Asgard.
El resultado ya lo vemos claro en este número: De los nueve reinos celestiales,Asgard fue la que terminó en la Tierra (Midgard) y ahora está destruida, pero estos tres Avengers han sido catapultados a tres reinos distintos de los ocho restantes. De esta forma, cada uno de ellos vive una situación digna de un sueño de Michael Moorcock, quizá con la excepción de Thor, que tendrá ante sí el preludio de uno de sus peores enfrentamientos míticos y mitológicos, más allá de Enchantress, que está centrada en volcar toda su ira contra el odinsson que según ella, les ha condenado a todos a vivir en una era de oscuridad bajo el manto y la amenaza temible de su próximo enemigo en esta saga.
Por parte de Iron Man, se hace muy divertido ver cómo su talante no flaquea ni cuando está absolutamente desarmado, pues su armadura no funciona en absoluto, y tiene que mantener una conversación con un grupo de ogros (o quizá son orcos, a saber). La escena inicial en la que intenta asustarlos es realmente impagable.
Y por parte de Steve Rogers, quizá tenemos una de las situaciones más previsibles y menos impactantes del cómic, con la curiosidad de ver cómo recoge uno de los escudos de sus oponentes y una cota de malla, lo que le acerca un poco más al aspecto del Captain America que todos conocemos.
Continúa uno de los mejores niveles de guión y cómic, resultado evidente cuando surge de la fórmula de unir en un cómic a Brian Michael Bendis y Alan Davis.
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