
Tras el prólogo escrito por el cineasta británico Terry Gilliam –miembro del grupo humorístico de los Monthy Python y director de El imaginario del Doctor Parnassus en 2009-, confeso admirador de los cómics y con la ayuda de 67 expertos de 27 países distintos, el libro pretende erigirse como una guía completa y exhaustiva que recorre las obras más importantes del género, construyendo un canon del cómic mundial, tal como señala el compilador en sus páginas.
Obras inmortales
De carácter internacionalista, ofrece un repaso y reseñas de cómics de todas las épocas y de abarca un gran número de nacionalidades y estilos, intentando no olvidar ningún género ni formato alguno, entre los que destacan el manga japonés, el cómic franco belga o las de temática superheroica estadounidense. Además, la periodización histórica a través de la que se estructura resulta bastante útil, recogiendo periodos que transcurren desde 1837 –con la historieta suiza Los amores del señor Vieux, de Rodolphe Töpffer- hasta 2011 –Habibi, de Craig Thompson-, si bien es necesario aclarar que la mayor parte del libro, en concreto más de la segunda mitad, está dedicada a tebeos publicados desde 1990 hasta hoy día, que refleja, según su autor, "la extraordinaria explosión creativa del género", a partir de "tres grandes cambios": las mujeres creadoras, internet y la reaparición gradual de cómics en cualquier medio creativo.

Así, recoge obras de profunda raigambre cultural como son Buck Rogers de Philip Nowlan y Dick Calkins, Dick Tracy de Chester Gould, Betty Boop de Bud Counihan, Flash Gordon de Alex Raymond y Don More, Príncipe Valiente de Hal Foster, The Spirit de Will Eisner, Carlitos de Charles M. Schultz, El Eternauta de H. G. Osterfield, etc., pero en sus páginas hay cabida para autores como Marjane Satrapi, Osamu Tezuka y Art Spiegelman, e incluso para Walt Disney. El cómic europeo aporta títulos tan importantes como Tintín de Hergé y Pasajeros del viento, de François Bourgeon.
No hay comentarios:
Publicar un comentario