Escritor: Matt Fraction; Arte: Terry Dodson; Portada (s): Terry Dodson y Simone Bianchi.
Publicado originalmente en Uncanny X-Men No. 514.Un comic intenso, llenó de acción que nos muestra que los aliados dejaron de serlo, o eso parece, a un Cyclpos convencido de la capacidadesn de su equipo a tal grado de creer que puede vencer a cualquiera de los equipos de Norman Osbron, pero también muestra las historias repetitivas de los X-Men, siempre con el riesgo de ser eliminados por la humanidad o por otros mutantes pero al final salen victoriosos. En este número sigue la ausencia de Noh-Varr
LOS DETALLES
En la página 5 continúa la battalla que inció en las últimas páginas de Dark Avengers No. 7 donde los dos equipos de Norman Osborn corren listos para una colisión pero ¡oh sorpresa! en Uncanny X-Men solo pelean Wolverine/Daken vs Hawkbullseye y los demás miembros de los dos equipos aparecen como estatuas y no es hasta que llega Emma Frost hasta que llega Emma Frost cuando se involucran pero para detener la batalla. Después de esta parte ilógica de la historia el comic retoma su parte intensa con la batalla entre los Dark X-Men y los sentinels de Trask, mientras que Cyclpos y su equipo de X-Menn observan la batalla para decidir en que momento involucrarse.
La continuación de esta historia sigue en Dark Avengers No. 8 (10 de septiembre) y en Uncanny X-Men/Dark Avengers:Exodus (27 de septiembre).
Escritor: Mike Carey; Arte: Phil Briones; Portada(s): Daniel Acuña y Adriana Melo.
Charles Xavier (mejor conocido como The Professor X) se dirige rumbo al final de su travesía, y para concluir su viaje, piensa destruir a los Acolytes –los alguna vez fanáticos seguidores de Magneto y radicales defensores de la causa mutante–. Para hacerlo, deberá atravesar todas sus defensas, enfrentar a cada uno de sus miembros y acabarlos con su más poderosa arma, y ésta no se trata de una mortal herramienta mecánica, los invencibles X-Men o siquiera, de algo que repercuta en una amenaza física; es una idea, y con ella, muy probablemente los Acolytes encuentren su fin. ¿Intrigados?
Deberían. Con esta historia, el escritor Mike Carey cierra el círculo que inició hace un año con esta publicación y lo hace excelsamente.
La típica conclusión de una saga, consiste en un monumental enfrentamiento entre el protagonista y sus múltiples antagonistas. X-Men Legacy no presenta un final diferente en dichos términos –¡ciertamente hay un combate final!–; la innovación fueron los términos de la batalla. Xavier tiene una idea lo suficientemente poderosa para derribar a un enemigo, que si se caracteriza por algo, es la lealtad que tiene a su propia causa. ¿No es eso un concepto divertido?
¿Cómo contrariar a alguien que ha vivido siglos aferrado a sus conceptos?
Mike Carey no ha hecho de X-Men Legacy una gran publicación; el cómic fue aburridísimo a ratos y en ocasiones me encontraba preguntándome cómo era posible dedicar toda una serie a Xavier. Sin embargo, Carey también ha mostrado un excelente dominio de todo aquello que representa Xavier y en esta trama lo expone de una manera brillante.
Xavier usa sus poderes de una manera que estamos poco acostumbrados a ver. Es el telépata más poderoso del planeta, pero en las historias de los X- Men, sólo vemos que use sus habilidades para dirigir las frases más cursis posibles a las mentes de sus pupilos. Aquí lo vemos desatado en plena fuerza, y lo mejor es que aunque sabemos que es muy capaz de dejar catatónicos de por vida a los Acolytes, el personaje opta por una vía mucho más interesante, logrando ser fiel a la imagen de este actor que bien sabemos, su finalidad siempre ha sido la paz.
Además, los antagonistas brillan. Han pasado los años y nunca he visto a Exodus como el gran villano. Se supone que es un mutante muy poderoso con siglos de existencia y que es un hombre aferrado a sus ideales con todo lo necesario para dirigir a los Acolytes. Carey no logra pintarme a un Exodus amenazante, pero sí lo hace más interesante de lo que he visto antes, en tanto nos muestra la fuerza de su autodeterminación. Los demás personajes que aparecen en este número tienen una muy breve participación, pero al menos sus diálogos no fueron tan estúpidos como los que se les suele atribuir a personajes con poco desarrollo.
Los puntos en contra están primeramente en los clichés. Hasta el momento, todas y cada una de las historias de X-Men
Legacy incluyen a Xavier enfrentado al antagonista, para después introducirse en la mente del villano en compañía del mismísimo rival. En este punto, eso ya dejó de ser un fastidio y se volvió desesperante, pero no dudo que mis palabras hacen referencia a una observación personal y la mayoría no encuentren esa clase de desarrollo estresante.
Mi verdadera queja es ésta: ¿Qué importa? Si Xavier convence o no a los Acolytes de dejar atrás sus planes, carece de sentido, pues a final de cuentas sabemos que tarde o temprano la mayoría (si no es que todos) volverán a ser villanos.
¿Que algunos de ellos se unirán a los X-Men? Para estos momentos, virtualmente no hay enemigo de los X-Men que no haya formado parte de ellos; ¡Hasta Random fue miembro de X-Factor por un tiempo!
Finalmente, por más interesantes que son los diálogos, es el lenguaje que caracteriza a Xavier lo que me resulta agobiante. Es demasiado plástico, carente de personalidad, casi como si estuviera leyendo sus propios pensamientos.
Siento que cuando crearon a Xavier, alguien buscó cómo conciliar los discursos de Martin Luther King con la personalidad de Ghandi dentro un súper héroe, y el resultado es uno muy bizarro la mayor parte del tiempo.
¿Qué hay del arte? Phil Briones no es un dibujante estelar, y con varios tropiezos en sus trazos todavía está lejos de llegar a serlo, pero eso no le evita entregar un resultado bellísimo. Hay muy buenas escenas, e inclusive algunas son tan detalladas y emblemáticas, que es fácil olvidar sus errores.en la culminación de la historia, Norman Osborn se presenta con una propuesta que tendrá repercusiones en
X-Men/Dark Avengers Utopia
Reseña tomada de comiquero.com
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